Filipenses 4:6-7: “No se inquieten por nada, sino que en toda situación, mediante oración y ruego, con acción de gracias, presenten sus peticiones a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”
Este pasaje nos invita a dejar de lado la ansiedad y a confiar en Dios en cada aspecto de nuestra vida. La oración es presentada como una herramienta poderosa para comunicarnos con el. Al presentar nuestras preocupaciones con gratitud, se nos promete una paz que va más allá de lo que podemos entender, una paz que protege nuestro corazón y mente. Esto nos recuerda que, a pesar de las dificultades, podemos encontrar consuelo y tranquilidad en la fe.
Lidia Andrea Macías Napa
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